jueves, 1 de mayo de 2008

Mientras escribo tengo un vaso a mi izquierda, por mas que este lleno lo veo medio vacio. En mi cabeza no dejan de rondar cosas que quisiera que no existieran. Nuevamente èl aparece como un fantasma que lucharà hasta el fin por permanecer en mi conciencia. Quería salir, despejarme, tomar aire, una vez mas las cosas no salieron a mi gusto. Necesitaba que el viento roce mi piel de un modo distinto. De lo contrario tendría que mirar las cuatro paredes de la habitación. Una vez más, eso fue lo que hice y el único modo de auto-ayuda que encontré en el momento fue la computadora. Hubo un punto que odie estar en ella, pero escribir en un papel era mucho mas complejo para ese momento, no estaba segura de lo que quería decir y borraba más de lo que escribía. Mis ojos viajaban por la habitación, miraban fotos, observaban la cama, el televisor, pero estaban perdidos. Tan perdidos se encontraban en ese momento como yo.Deseaba cambiar mi vida por un par de segundos al menos, este cuerpo estaba invadiéndome tanto que no me dejaba respirar. Pero no, porque? Me había tocado lo justo, yo necesitaba estar en el para comprender cosas que en otros tal vez no comprendería jamás.
Reflexione un poco mientras hacía el escrito, realmente él parecía todo el causante de mis angustias. Pero no era tan así, viví cosas que nadie podría sacarme, no obstante algo turbaba mi vista y no dejaba verlas. Trataba de entender una y otra vez su decisión, en todo caso era lo único que tendría que comprender de la misma. Miraba detenidamente el celular, tenia señal, pero no sonaba. Lo observaba una y otra vez, todo estaba en su lugar y nada ni nadie quería alterar mi momento de “paz”.

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